La mayoría de las grasas que comemos en los alimentos están en las formas de triglicéridos o de colesterol. La grasa es esencial, lubrica nuestras articulaciones, mantiene nuestra húmedo cabello brillante y la piel, produce la mayor parte de nuestras hormonas, protege nuestro tejido nervioso y del cerebro y los órganos vitales de los traumas y los cambios de temperatura, ayuda a enviar señales a través del cuerpo, nos provee de energía , aísla el cuerpo, transporta la vitamina A, D, E y K y ayuda a regular la temperatura corporal.
La bilis del hígado, junto con las enzimas digestivas liberadas por el páncreas, son las responsables de romper las grasas en las diferentes moléculas que utilizarar el organismo. En ese proceso, el hígado, suele estresarse. Divide el esfuerzo en transformar o degradar las diferentes grasas y destruir otros metabolitos o toxinas que genera nuestro cuerpo, los malos habitos alimentarios. El alcohol, el café, el té (negro y verde), el mate, rooibos, o cualquier otro estimulante, conservantes, colorantes, estabilizantes, emulsionantes, …tomado de forma regular van a interferir con el metabolismo adecuado de grasas generando un sobreesfuerzo en el órgano.
La cantidad de ingesta de grasa está directamente relacionada con el peso. Un mayor consumo de grasas aumenta la grasa corporal y la obesidad. Las grasas son la fuente más concentrada de energía alimentaria, más del doble de las calorías en comparación con las proteínas y los carbohidratos. La dieta habitual contiene un promedio de 40-50% de grasas, mientras que el 20-25% debería ser el objetivo saludable.
Las grasas que son esenciales para el cuerpo son los ácidos linoleico y linolénico, que son las grasas insaturadas. Estos se encuentran en las plantas, como el girasol, sésamo, cáñamo, calabaza amapola, lino, nueces, soja, aguacate, aceitunas (omega 6). También se encuentran en el pescado, especialmente el pescado azul como el salmón, el fletán, la caballa, el arenque y las sardinas (omega3). El aumento de los ácidos grasos esenciales (conocidos como EFAs) disminuyen el colesterol, los triglicéridos y la agregación plaquetaria. Por lo tanto, esto disminuye el riesgo de formación de placas de ateroma en las venas y arterias y optimiza el flujo de sangre y la linfa en el cuerpo. Promueven las prostaglandinas, anti-inflamatorios naturales que en nuestro cuerpo ayudan a regular la presión arterial, minimizar eczema o cualquier otras erupciones cutáneas, alergias, artritis o cualquier otro «itis», el asma y cualquier otra enfermedad inflamatoria.
Desmitifiquemos pues la grasa en la dieta y su efecto en la pérdida de peso, porque hay grasas y ‘grasas’.