Hoy como con mi abuelo y eso hace que de pronto me de cuenta que hay una franja de población, nuestros mayores, bastante indefensa. La comida supone el mayor reto diario al que se enfrentan y el “placer” de la comida se cambia por el “suplicio” de comer.
Los ancianos, y la llamada 3ª edad en general, son un grupo social de alto riesgo en desnutrición. Una serie de cambios en sus cuerpos y en sus rutinas, hace que casi un 70% coma mal o insuficientemente. Esto, a su vez y unido a estados patológicos o enfermedades crónicas hace que su día a día sea cada vez mas complicado.
Causas fisilógicas:
- Disminución de la percepción del gusto, vista, oído, olfato.
- Disminucón de la secreción salival.
- Problemas de dentición.
- Cambios en la composición y movilidad corporal.
Causas patológicas:
- Enfermedades crónicas o agudas.
- polimedicación continuada que interfiere con la ingesta, absorción y metabolismo de algunos nutrientes,
- Discapacidades.
Causas psico-sociales:
- Soledad, aburrimiento, aislamiento.
- Ingreso en instituciones geriátricas y hospitales.
- Depresión.
La alimentación por debajo de las necesidades nutricionales en macro y micronutrientes, puede desembocar en una malnutrición permanente.
Es muy fácil ver como nuestros mayores ,habitualmente, dicen que no tienen apetito. Por tanto toman menos alimentos lo que hace que sus necesidades nutricionales aumenten día a día. Esto provoca un riesgo de malnutrición continuado y un sistema inmunitario muy deprimido.
Las consecuencias de es malnutrición desemboca fácilmente en: debilidad,fatiga, infecciones y enfermedades repetitivas, recuperación lenta, mayor posibilidad de ulceras de decúbito, piel deshidratada e incluso fracturas.
Los expertos en nutrición aconsejan una dieta variada, equilibrada, que cubra las necesidades calóricas y nutricionales a través de la alimentación habitual. Comer cantidades asequibles pero varias veces en el día (5-6), beber agua conscientemente y hacer un poquito de ejercicio diario, ayudarán a mantener los niveles óptimos y a no entrar en esa espiral sin fin hacia la desnutrición. Una dieta personalizada ayudará también a saber que comer, cuando y como preparar la comida. Ya sea al mismo anciano o algún familiar o cuidador preocupado por sus mayores.
Yo al mío le he preparado una ensalada de tomate maduro manzana y queso fresco con sésamo, una hamburguesa muy magra con patatas al horno y champiñones (que le encantan). Y de postre yogur cremoso pero desnatado con gelatina sin azúcar de moras y frambuesas. Pero sobre todo risas, besos y gracias por su compañía.