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MONOGRÁFICOS NOTICIAS

Alcachofa en invierno

enero 24, 2019

Alcachofa en invierno. Una de las verduras mediterráneas mas originales y sabrosas, la alcachofa, encuentra su momento más álgido en nuestra mesa.

La alcachofa o Cynara Scolymus es una planta perenne, cultivada a lo largo de la región mediterránea, tanto en el sur de Europa como en el norte de África. Tiene un tamaño bastante grande, que puede llegar a casi 2 metros de altura y unas hojas grandes y alargadas, de color verde claro en el haz (parte superior) y pelillos blanquecinos en el envés (parte inferior de la hoja).

Comenzado la temporada, se observa el crecimiento de inflorescencias redondeadas, con una serie de escamas en la parte externa que protegen la flor de la alcachofa que está en el interior. Estas “escamas” que presentan las flores  se llaman brácteas y a medida que la flor va madurando se vuelven cada vez mas duras. Es importante recolectar la alcachofa en su punto justo para favorecer que todas las partes estén tiernas y comestibles.

 

 

Cuando comemos alcachofas no estamos comiendo ningún fruto sino la flor de la planta cuando aun no se ha abierto completamente. Nos comemos los capullos de la planta de alcachofa.

Si dejamos desarrollarse completamente la flor de la alcachofa, veremos con sorpresa que es una de las mas bellas entre las verduras y hortalizas, ya que presentan un color morado intenso, que en algunas variedades también puede tomar tonos azulados.

Nutrición

En cuanto a valores nutricionales, la alcachofa contiene, además de gran cantidad de agua (88%), mucha fibra (3.5%) e hidratos de carbono en general.  Como propiedades especiales, encontramos que la alcachofa es especialmente diurética, que provoca que la eliminación de líquidos más eficiente en la orina y por tanto genera mayor ligereza y menor volumen en nuestro cuerpo, ideal para dietas de adelgazamiento.

Al ser la alcachofa un potente diurético natural, estimula la producción de bilis por parte del hígado y por tanto una mejor y mas efectiva digestión de los alimentos que la acompañan, sobre todo si son grasas.

Tiene alto contenido en vitaminas y minerales, que garantizan la ingestión adecuada de estos oligoelementos en nuestro cuerpo:

Vitamina A – 17 miligramos por 100 gramos

Vitamina B1 – 0.1 miligramos por 100 gramos

Vitamina C – 9 miligramos por cada 100 gramos

Calcio – 45 miligramos por cada 100 gramos

Potasio – 570 miligramos por cada 100 gramos

Fósforo – 80 miligramos por cada 100 gramos

Además de estas vitaminas y minerales mayoritarios, las alcachofas contienen otras sustancias en menor proporción que aportan características muy saludables al organismo, que son la Cinarina y los Esteronles, que tienen capacidad de reducir la cantidad de colesterol en el cuerpo por dos vias:  eliminación del ya existente y efecto bloqueante de absorción de colesterol.

 

Si está pensando en cuidar su alimentación, disfrutar con un sabor intenso y original y ademas perder volumen o peso, la alcachofa es su verdura del invierno.

MONOGRÁFICOS NOTICIAS

La mitología de las grasas

marzo 16, 2013

La mayoría de las grasas que comemos en los alimentos están en las formas de triglicéridos o de colesterol. La grasa es esencial, lubrica nuestras articulaciones, mantiene nuestra húmedo cabello brillante y la piel, produce la mayor parte de nuestras hormonas, protege nuestro tejido nervioso y del cerebro y los órganos vitales de los traumas y los cambios de temperatura, ayuda a enviar señales a través del cuerpo, nos provee de energía , aísla el cuerpo, transporta la vitamina A, D, E y K y ayuda a regular la temperatura corporal.

La bilis del hígado, junto con las enzimas digestivas liberadas por el páncreas, son las responsables de romper las grasas en las diferentes moléculas que utilizarar el organismo. En ese proceso, el hígado, suele estresarse. Divide el esfuerzo en transformar o degradar las diferentes grasas y destruir otros metabolitos o toxinas que genera nuestro cuerpo, los malos habitos alimentarios. El alcohol, el café, el té (negro y verde), el mate, rooibos, o cualquier otro estimulante, conservantes, colorantes, estabilizantes, emulsionantes, …tomado de forma regular van a interferir con el metabolismo adecuado de grasas generando un sobreesfuerzo en el órgano.

La cantidad de ingesta de grasa está directamente relacionada con el peso. Un mayor consumo de grasas aumenta la grasa corporal y la obesidad. Las grasas son la fuente más concentrada de energía alimentaria, más del doble de las calorías en comparación con las proteínas y los carbohidratos. La dieta habitual contiene un promedio de 40-50% de grasas, mientras que el 20-25% debería ser el objetivo saludable.

Las grasas que son esenciales para el cuerpo son los ácidos linoleico y linolénico, que son las grasas insaturadas. Estos se encuentran en las plantas, como el girasol, sésamo, cáñamo, calabaza amapola, lino,  nueces, soja, aguacate, aceitunas (omega 6). También se encuentran en el pescado, especialmente el pescado azul como el salmón, el fletán, la caballa, el arenque y las sardinas (omega3). El aumento de los ácidos grasos esenciales (conocidos como EFAs) disminuyen el colesterol, los triglicéridos y la agregación plaquetaria. Por lo tanto, esto disminuye el riesgo de formación de placas de ateroma en las venas y arterias y optimiza el flujo de sangre y la linfa en el cuerpo. Promueven las prostaglandinas, anti-inflamatorios naturales que en nuestro cuerpo ayudan a regular la presión arterial, minimizar eczema o cualquier otras erupciones cutáneas, alergias, artritis o cualquier otro “itis”, el asma y cualquier otra enfermedad inflamatoria.

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 Desmitifiquemos pues la grasa en la dieta y su efecto en la pérdida de peso, porque hay grasas y ‘grasas’.

DIETA NOTICIAS

Triglicéridos

febrero 22, 2013

Los triglicéridos son la forma química en la que existen la mayoría de la grasas en alimentos, y en el cuerpo. También están presentes en el plasma sanguíneo. Son los lípidos en sangre.

Los triglicéridos en la sangre se derivan de las grasas que se consumen en los alimentos o se sintetizan en el cuerpo a partir de otras fuentes de energía como los carbohidratos. Las calorías que se ingieren en una comida y que los tejidos no utilizan de inmediato se convierten en triglicéridos y se transportan a las células grasas para su almacenaje. Las hormonas regulan la liberación de los triglicéridos del tejido graso de modo que cubran las necesidades energéticas del cuerpo entre una comida y otra.

El exceso de triglicéridos en el plasma se conoce como hipertrigliceridemia. Se vincula con la incidencia de las enfermedades de la arteria coronaria en algunas personas. Los triglicéridos altos pueden ser consecuencia de otra enfermedad,  como la diabetes.

El tratamiento, generalmente, es médico pero desde la alimentación diaria también podemos ayudar a regular los niveles de grasa en sangre. Sin embargo, existen consejos de utilidad que puedes aplicar en tu dieta:

  • Mantener un peso saludable
  • Suprimir cualquier tipo de bebida alcohólica para evitar la síntesis hepática de triglicéridos
  • Reducir el consumo de grasa de la dieta
  • Elegir las carnes magras
  • Desgrasar los caldos de carne o aves en frío
  • Aumentar el consumo de pescado en detrimento de la carne, incrementando el consumo semanal de pescado a cuatro raciones y elegiendo dos de ellas el pescado azul
  • Utilizar los aceites de semillas (oliva, girasol,…) tanto para cocinar como aliño de los platos, en detrimento de la mantequilla o la margarina
  • Evitar el exceso de hidratos de carbono simples (azúcar y derivados, pastelería, bollería, miel, bebidas carbonatadas azucaradas, zumos envasados,..) ya que aumentan los niveles de triglicéridos
  • Reducir el consumo de azúcares simples sustituyendo el azúcar o miel por edulcorantes y, reemplazar las bebidas azucaradas por su versión ‘saludable’
  • Aumentar el consumo de fibra y antioxidantes naturales
  • Tomar al menos dos piezas de fruta al día (preferiblemente con piel ó pulpa)
  •  Comer productos integrales como el pan, el arroz, la pasta,..
  •  Aumentar el consumo de legumbre 1-3 veces por semana
  •  Consumir dos raciones de verdura ó ensalada al día (preferiblemente una ración en crudo y otra cocida) como plato principal o de acompañamiento
  • Evitar las preparaciones culinarias excesivamente grasas como guisos, estofados, frituras y rebozados. En su lugar, decantarse por una cocina ‘saludable’ a la plancha, asada, al horno, al papillotte, al vapor, hervida o escalfada

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