Para la mayoría de las personas, el acto de comer supone un auténtico placer. Sin embargo, un pequeño porcentaje de la población se enfrenta al mismo como si de una batalla se tratase, intentando evitar pequeños «enemigos» que les pueden hacer temer incluso por su vida. Este porcentaje de la población al que me refiero presenta una alergia alimentaria.
- Alergia a la leche. Provocada por proteínas presentes en la misma. Se suelen dar síntomas cutáneos, pero también digestivos. Es muy importante no confundir esta alergia con la intolerancia a la lactosa, recordemos que en este caso no interviene el sistema inmune simplemente, el organismo presenta un déficit de las enzimas que rompen la lactosa en sus componentes, proceso necesario para su absorción en el intestino.
Que productos evitar
Leche, todos los derivados lácteos (yogures, quesos, mantequillas, cuajadas, natillas, helados, margarina que no sea 100% vegetal, leche fermentada, suero de leche).
Para el resto de alimentos, preguntar por su composición o leer el etiquetado en busca de leche o algún componente lácteo (suero lácteo, proteínas lácteas…). Hay que tener especial cuidado con algunos productos cárnicos (salchichas, jamón de York) y embutidos, pastelería, bollería, pan de molde, chocolates y otros dulces, papillas, potitos, horchata, batidos, sopas de sobre, caldos deshidratados, cocidos, fabadas y otras conservas.
- Alergia al huevo. En este caso, las proteínas implicadas en este alergia suelen ser la ovoalbúmina o la ovomucoide, ambas presentes en la clara.
¿Dónde encontramos huevo?: Huevos y derivados, Sopas, caldos y consomés clarificados con huevo.Rebozados y empanados con huevos, tanto caseros como precocinados. Mayonesas y otras salsas elaboradas con huevo.Pasta al huevo.Natillas, flanes, merengue, cremas, helados.Pan rallado y pan horneado con clara de huevo.
Leeremos el etiquetado de todos los productos prestando especial atención a los pasteles, las galletas, la bollería, los hojaldres, empanadillas, turrones, batidos, margarinas, yogures, fiambres, embutidos y derivados cárnicos.
- Alergia al pescado. Además del pescado como tal, se debe tener cuidado con los productos enriquecidos con omega 3 o grasa de pescado que pueden contener pequeñas cantidades de proteína de pescado.
Hay pescado en: Pescado y derivados del pescado como surimi, palitos de cangrejo. Caldos, harinas y aceites de pescado. Prouctos enriquecidos con omega 3 o aceites de pescado
- Alergia a los frutos secos. Los cacahuetes y las almendras tienen un alto riesgo de producir alergias alimentarias. Aunque los síntomas frecuentes suelen ser nauseas, dolor de cabeza e inflamación de labios y lengua.
Evitaremos: Todos los frutos secos, mientras no se demuestre tolerancia.Postres, tartas y bolleria industrial que los contiene El pan de las hambuerguesas. Bebidas y pasta de almendras. Turrones, polvorones y mazapan. No consumir productos enriquecidos con omega 6.
- Alergia a las legumbres. Las más las lentejas y la soja. Los alérgicos a las leguminosas deben tener en cuenta que en la industria alimentaria se utilizan gomas procedentes de las leguminosas como espesantes (goma guar, garrofín) por lo que es muy importante localizar en el etiquetado de los alimentos estos productos.
Atención a: Todas las legumbres (mientras no se demuestre tolerancia a alguna de ellas) y a la lecitina de soja
- Alergia a los cereales. No condundir con la celiaquía, que es una consecuencia de intolerancia al gluten, una proteína que se encuentra en el trigo, el centeno, la cebada, la avena. Las personas con esta intolerancia, si consumen gluten, su mucosa intestinal resultará gravemente dañada, lo que condiciona la absorción de otros nutrientes. Los síntomas de la enfermedad celiaca suelen ser de tipo digestivo (diarrea, dolor abdominal) y suelen ir acompañados de una pérdida de peso.
- Otros alérgenos alimentarios comunes. Las frutas y verduras, los crustáceos ( gambas, cigalas, langostinos y langostas), las semillas de sésamo, de algodón, de amapola, de girasol y la semilla de mostaza.
- Aditivos alimentarios. Aunque la mayor parte de la población no tiene una especial sensibilidad hacia estos productos que se adicionan a los alimentos, algunas personas presentan alergias hacia algunos colorantes y sulfitos.
La capacidad alérgica de algunos alimentos desaparece cuando se cocinan o se procesan, ya que se desnaturalizan las proteínas (pierden su configuración inicial), sin embargo: El único tratamiento eficaz sería la exclusión del alimento que causa la alergia de la dieta. También se deben extremar las precauciones durante el cocinado o la preparación de un determinado alimento o plato, ya que puede existir riesgo de contaminación cruzada.