El sol es fundamental, con protección, en nuestra vida. También nos puede ocasionar y provocar muchos problemas. La piel es el primer órgano que que le planta cara y que nos protege de su «lado oscuro». Comiendo podemos ayudar a protegernos de él y a la vez, aprovecharlas ventajas cosméticas del bronceado.
En verano, gracias a ese maravilloso sol, nos resulta más fácil sintetizar la vitamina D. El día, más luminoso y cálido, ahuyenta las depresiones incipientes o tristezas. Nos alivia la ansiedad y el estrés. A pesar de todo eso, no debemos exponernos al sol sin protección y sin control del tiempo. Debemos tener en cuenta que una mala exposición puede que provoque un envejecimiento precoz en la piel. Los más significaticos son: daños diversos graves vasculares, degeneración en el tejido conectivo, anomalías benignas de los melanocitos, y lo que es más grave, cáncer de piel.
Cada día hay más conciencia a la hora de utilizar fotoprotectores si vamos a la playa o piscina. Insistimos, el sol es fundamental con protección. Los niños y los bebés hace no salen de paseo en verano sin una cremita con factor de protección total en su piel. Ahora, deberíamos también empezar a pensar como protegernos desde dentro.
Hay frutas y verduras que nos previenen de «esos» peligros y que además… nos van a potenciar el bronceado!
Preparamos la piel y potenciamos el tono con una dieta rica en antioxidantes, betacarotenos y ácidos grasos.
Ensaladas diarias con tomate, zanahorias y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, nos aportan una buena dosis de betacarotenos, vitamina E y Licopeno. Los pescados azules (caballa, jurel, atún, boquerones, sardinas,..) aportaran la parte de firmeza y elasticidad en la piel. Para potenciar el bronceado nos aliaremos con papaya, mango, espinacas, calabaza, melocotón. Como buenos antioxidantes, actuaran contra los radicales libres e iluminaran la piel y las vacaciones.
Algunos de los componentes de los vegetales, al mezclarse, ejercen un efecto sinérgico en la actividad antioxidante y fotoprotectora. El beta-caroteno (zanahoria), junto con el licopeno (tomate) provocan una actividad antioxidante a nivel celular. Hay evidencia de que protegen la piel contra las quemaduras solares (eritema solar). Luteína (yema de huevo) y xeaxantina (maíz) han demostrado su rol protector en enfermedades oculares dada la capacidad de absorber el espectro de luz dañina para el ojo.
Si además tomamos ese cóctel de vitaminas y minerales a diario en forma de zumos, ensaladas, gazpachos, aportamos más agua a la dieta, cosa imprescindible todo el año pero más en épocas calurosas.
Hidratar y nutrir la piel desde dentro, tomando alimentos adecuados, y desde fuera, con cremas fotoprotectoras, nos hará disfrutar de esos días de vacaciones, más seguros, más vitales y más morenos!