Calabazas, si. Hoy te damos…calabazas y no precisamente como suspenso si las utilizas bien. Estamos en temporada. Además las podemos utilizar estos días, tanto su recubrimiento más duro, como recipientes, adornos etc. Pero, sobre todo, debemos utilizar la pulpa para nutrirnos en estos días de otoño.
La calabazas son unas de las hortalizas más espectaculares de nuestra huerta. Hay gran diversidad de colores y formas. En estas fechas, la que más vemos e imaginamos es la típica de haloween. Pero las hemos memorizado como carroza de Cenicienta o, la que llevan los peregrinos del camino de Santiago. Sirven como adorno, como recipientes, pero sobre todo, para llenarnos de vitalidad y color los días de invierno.
Perteneciente a la familia de las cucurbitáceas. Es prima de sandías, melones, calabacines, que nos amenizan el verano. Las calabazas nacen de entre unos tallos largos robustos y flores grandes vivaces. Es una hortaliza de muy poco calórica pero de un gran contenido nutricional. La cantidad en fibra y agua contrasta con solo el 5% en azúcares. Las grasas y proteínas son casi insignificantes, pero la verdadera riqueza son los micronutrientes que nos aporta.
Las diferentes tonalidades de calabazas, entre anaranjados y amarillos, nos da una pista de lo rica que es en: carotenos (asociados a la prevención de problemas en la visión y enfermedades degenerativas) y antioxidantes como el licopeno o cumarinas.
Dietéticamente es muy útil en nuestros menús tanto para saciar, en dietas de adelgazamiento, como para no aburrir con las simples sopas que dan calor en invierno. Excelente primer plato, guarnición de carnes o pescados o como rico postre. Es una de las hortalizas a tener en cuenta no solo en temporada. No podemos olvidar sus flores comestibles ni sus semillas, las «pipas» bien tostadas.
A mi me fascina la crema de calabaza con gotitas de chocolate…
…Estos días seguro que los más pequeños os ayudan a preparar con las «sobras» de la calavera que vosotros les vais a ayudar a tallar en ese enorme caparazón «calabaza»