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¡Estamos de Exámenes!

mayo 13, 2015

¡Exámenes!. Las últimas semanas de mayo y las primeras de junio suelen ser fechas temidas por los estudiantes que tienen pendientes los últimos exámenes del curso. Citas importantes en las aulas para plasmar, con mayor o menor acierto, los conocimientos aprendidos. La alimentación, importante siempre, lo es especialmente durante esta temporada. El cerebro deberá estar muy bien nutrido tanto mientras se organizan horarios de estudio, como en los momentos en los que se realizan los exámenes.

examenes

Demasiados exámenes en poco tiempo.

Alimentar la mente
Este órgano, a pesar de que sólo representa un 2% o un 3% del peso corporal total, es responsable del consumo de un 20% de la energía que extraemos de los alimentos. Su principal fuente energética es la glucosa, que se obtiene del metabolismo de los hidratos de carbono de los alimentos. Si el aporte de ésta es insuficiente, obtiene energía a partir de otros elementos nutritivos como proteínas y grasas, alternativa poco saludable puesto que se producen alteraciones en el metabolismo corporal.

Durante las semanas de exámenes no es preciso aumentar la ingesta de calorías, pero sí cuidar especialmente el aporte de determinados nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento del sistema nervioso (transmisión de impulsos, transporte de oxígeno a las células y regulación del sistema nervioso). Estos nutrientes intervienen directamente en la concentració, la memoria, el rendimiento intelectual y el estado de ánimo, y son: vitaminas del grupo B, concretamente tiamina o B1, niacina o B3, piridoxina o B6, vitamina B12 y ácido fólico; vitamina E, determinadas sales minerales (potasio, magnesio y zinc) y oligoelementos (litio, silicio, selenio y cromo). No son frecuentes los déficits de oligoelementos, puesto que el organismo los necesita en cantidades muy pequeñas y se encuentran ampliamente distribuidos en la naturaleza. Una buena dosis de omega3 nos asegurará de paso una mejor concentración

Una buena nutrición
Desayuna cada día. Y hazlo con un desayuno completo para iniciar el día con energía y para evitar déficits de glucosa que pueden repercutir negativamente en el rendimiento intelectual. No hemos de olvidar que el estómago lleva sin recibir alimento entre diez y doce horas.
No consumas habitualmente comidas de preparación rápida o fast-food (pizzas, bocatas, hamburguesas y otras frituras), generalmente más grasas, calóricas y con mayor dificultad para digerir, que las comidas convencionales.
Aprende a planificar el menú de cada día correctamente, con el fin de conseguir un equilibrio nutritivo:
Primer plato: las ensaladas o las verduras como primer plato o guarnición del segundo no deben faltar en las comidas principales. Las verduras aportan potasio, magnesio, ácido fólico y fibra, que entre otras funciones, ayuda a regular el tránsito intestinal. Lo ideal es comprarlas frescas, pero también hay verduras ultracongeladas o ensaladas preparadas de buena calidad nutritiva e higiénica. Alterna el primer plato con arroz, pasta, legumbre o patata. Son alimentos ricos en hidratos de carbono y proteína vegetal. Si son integrales son más nutritivos.
Segundo plato: carne o pescado (al menos cuatro veces a la semana) y huevos (entre cuatro y cinco unidades por semana). Son la fuente principal de proteína de buena calidad, hierro fácilmente aprovechable por el organismo, zinc, fósforo, vitamina A (yema de huevo y pescados grasos), vitamina B12, piridoxina, niacina y tiamina (implicados en el funcionamiento del sistema nervioso).
Postre: inclínate por la fruta fresca. Al menos dos piezas al día y que una de ellas sea rica en vitamina C (cítricos, kiwi, fresas, melón).

estudiar

Estudiar mejor para los exámes

Ah! además de tener en cuenta esto, ¡ponte a estudiar! 😉

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